El 8 del mes pasado se fue una persona a la cual respetaba. Un tío querido que tenia defectos al por mayor, después de todo, era un ser humano, pero un buen ser humano. Se preocupaba por sus seres queridos. Como no acordarme que en un momento donde la oscuridad era grande en mi vida, el me llamó para ir a tomar un lonche, un simple jugo con un sándwich en una cafetería cerca a su casa. Tan simple, tan común, tan reconfortante. Charlamos, me tendió la mano, me dijo que podía conversar con el, y lo hice. Fue una buena noche con un muy buen jugo, delicioso sándwich y una conversación que siempre tendré en mi corazón. Ahora ya se fue, pero su recuerdo no se olvidara, sus huellas han quedado grabadas en todos los que el toco con sus palabras. No fue un santo, pero fue uno de las mejores personas que he conocido, nada podrá cambiar eso.
¡Hasta siempre tío!