Somos responsable de nuestros actos, a menos eso es lo que yo esperaría que pensara la gente. La verdad es que, por lo que veo, más parece una sugerencia que una verdad. Estos meses de pandemia se ha visto a las personas hacer lo que le viene su regalada gana y salir a pesar de que no deberían. No hablo de la gente que debe salir a trabajar, ni de la gente que debe salir a hacer compras, son necesidades, y si bien se arriesgan a contagiarse, desgraciadamente es inevitable. Sin embargo, no hablo de esas personas.
Son las personas que salen a bailar, a buffets con gente desconocida, a hacer cola en las licorerías para comprar su cajón de cervezas, a aquellos que hacen quinceañeros clandestinos. Ellos son los lo que no entienden de responsabilidad. Las necesidades banales de uno son más importantes que las necesidades de salud del resto aparentemente.
Muchas vidas se han perdido por eso, muchas vida más se perderán. Algunos habrán aprendido la lección, otros simplemente o no la habrán aprendido o la olvidarán a meses de haber desaparecido la pandemia. Solo espero que las personas entiendan y recapaciten, hay cosas más importantes que las banalidades, pero la pregunta es… ¿lo harán?
Quisiera decir que sí… pero desgraciadamente será un rotundo no.