To live, work,
sleep,
is that good?
work to live,
live to work,
is that life?
Sleep as a release of work,
as a moment of relax,
is that happiness?
A good job,
a good life,
a good sleep,
it is so difficult to find?
Why?
Just why?
To live, work,
sleep,
is that good?
work to live,
live to work,
is that life?
Sleep as a release of work,
as a moment of relax,
is that happiness?
A good job,
a good life,
a good sleep,
it is so difficult to find?
Why?
Just why?
Quiero aprender a componer canciones,
quiero ser parte de ese maravilloso mundo,
ese mundo que es poesía,
¡tantos sentimientos! ¡tanto ritmo!
¿Ritmo y letra, qué es eso si no poesía?
Y quién piense lo contrario dígame usted,
cuando escucha Pedro Navaja,
¿No siente el ritmo? ¿la emoción?
¿La letra es solo ruido?
Sabe la respuesta, no tiene que decirla,
pues al final,
la vida te da sorpresas,
sorpresas, te da la vida, ¡ay, Dios!
Las esperanzas mueren,
algunas veces uno las mata,
otras, otros las asesinan,
tristes esperanzas,
mueren sin ser nacidas,
destino terrible,
sin ilusión.
Cubículo azul,
simples hormigas,
la vida triste.
Dicen que las quejas son malas, ¿de qué vale quejarse? ¡A seguir adelante! ¡Nada se puede hacer con las quejas! Eso es una verdad a medias. ¿Qué es una queja? Es una forma de expresar lo que te desagrada, lo que crees que está mal. Si uno no se queja, ¿cómo sabrá el resto de personas acerca de tu opinión? ¿Mágicamente lo van a saber? ¡No! Uno debe de decirlo, debe quejarse. Para poder generar un cambio, lo primero que hay que hacer es hacer notar lo que está mal. Es como los psicólogos dicen, hay que aceptar que hay un problema antes de poder ayudar al paciente. Es lo mismo. Por eso las quejas son importantes.
Ahora bien, ya vimos que sí son importantes y te quejaste, ¿ahora qué? ¿Ya se solucionó el problema? No, en absoluto. Quejarse es solo una parte del proceso de la solución. Primero uno observa que hay un problema, segundo uno dice cuál es el problema, tercero, buscar posibles soluciones al problema, cuarto, ejecutar una de las posibles soluciones. Cómo se darán cuenta, la queja es solo el segundo paso de un largo proceso que probablemente tenga muchos ensayos y errores. Y por cada error habrá una queja. Por eso, si alguna vez te preguntas si vale la pena quejarse, la respuesta es definitivamente sí; pero si esperas que solo con la queja sea suficiente, estás equivocado. Muy equivocado.
Sé que estoy cerca de encontrar la solución. Por años sabía que tenía una inteligencia superior a los demás, bastaba una ligera explicación para que yo pudiera entender los conceptos e incluso enseñar a mis compañeros que de otra manera les hubiera costado semanas, tal vez meses. Pensaba, de niño, que esa habilidad iba a desaparecer y me convertiría en una persona más del montón. Tenía pesadillas con solo pensar de esa manera. Durante el resto de mi niñez y adolescencia hice todo lo posible para que no desapareciera: estudié, analicé, repasé, resumí, experimenté. Y todo eso dio grandes resultados, modestia aparte, yo era una de las mentes más brillantes de mi generación. Que bien se sentía saber eso, todos lo decían, todos lo sabían. No había nada que no pudiera hacer… hasta hace un año.
Empezó por una simple apuesta, tenía que encontrar una respuesta que ha eludido a las personas como yo por siglos. «Si eres tan inteligente porque no lo resuelves a más tardar en un año». Fue lo que me dijo una de las personas que reconocía mi superioridad, pero le desagradaba que así fuera. Yo acepté el reto, ¿qué era lo peor que podía pasar? En el peor de los casos, si no podía, no podía. Ser una de las mentes más brillantes de mi generación no quiere decir que sea omnisciente.Hasta cierto punto hubiera querido seguir con esa idea, pero ahora ya era tarde. Todo pasó por un sueño, o incluso una alucinación que tuve cuando tuve una temperatura de 40 grados. Sea como fuera, la sensación fue increíble: sentía como si ese problema imposible de resolver, esa que había evadido a grandes mentes durante siglos, estaba al alcance de mis manos, solo tenía que alzar un poco más el brazo y podía tocarlo con los dedos. Se sentía tan real, tan material, era una hermosa sensación y nunca pude repetirla.
Intenté que volviera esa sensación por todos los medios, pero nunca lo logré. Algo me faltaba para poder hacerlo. Por mis varios estudios, sabía que los estupefacientes ayudaban a la relajación, así que con un poco de miedo probé marihuana. He de decir que me pareció asquerosa. No era la primera vez que la olía, pero fumarla con mis propios medios fue terrible. No podía comprender cómo las personas podían llegar tan bajo. Desistí de la marihuana y me puse a buscar psicotrópicos. Estaba seguro que me iba a ir bien, sin esos olores y sabores terribles en la boca y ropa. Ya ni me acuerdo con qué empecé, pero la sensación fue increíble.Estaba de nuevo a punto de alcanzar la respuesta a la gran pregunta… pero no fue suficiente.
Estuve insistiendo por más de dos años, con diferentes drogas, diferentes dosis e incluso diferentes distribuidores. Nada. Siempre me quedaba a unos instantes de lograrlo. Después de tantos intentos entendí que mis propias habilidades intelectuales, por muy superiores que podían ser, no eran suficientes. Necesitaba algo más, ¿pero qué? Seguí intentando con las drogas mientras buscaba la respuesta a eso y a la gran pregunta. Mis capacidades me permitían pensar e intentar resolver varias cosas a la vez si mayor inconveniente.
Pasó un tiempo más largo del que hubiera querido y la respuesta era mucho más simple de lo que pensaba. ¿Qué era mejor que un cerebro? Obviamente varios cerebros. Sin embargo, si juntaba un grupo para intentar resolver el enigma, si lo conseguíamos, en los libros iba a salir mi nombre junto con otros. Uno más del montón, era imposible elegir esa alternativa, pero había otra más… heterodoxa.
Todos sabemos que el cerebro es donde se produce el raciocinio que es tan inherente del ser humano. Es la fuente de poder que nos hace superiores a otros animales. Entonces, ¿qué pasaría si pudiera obtener esa fuente de poder? Estaba seguro que me permitiría resolver el gran enigma. Por favor, no crean que estoy loco. Sé que si como un cerebro no voy a ganar los conocimientos del cerebro, soy una persona demasiado instruida como para pensar de esa manera tan primitiva. No, la razón por la cual necesitaba comerlos era por el poder. Como dije, el cerebro es una fuente de poder, para lograr eso, el cerebro está compuesto de elementos vitales para la vida. Al ser un órgano tan importante, el cuerpo utiliza mucho de sus recursos para alimentar el cerebro, por eso tiene una alta concentración de nutrientes que me podrían servir para mejorar mis funciones cerebrales. Tal vez algunos de ustedes no le encuentren lógica a lo que estoy diciendo, pero no importa, yo sé más que ustedes; así que deberán creerme.
En fin, creo que ya saben a dónde va esto, ¿no? Comer cerebros se volvió algo natural en mí. Al principio me dio un poco de repugnancia, pero eso era insignificante frente a lo que podía ganar. Por cierto, no deben preocuparse por cómo los obtenía, la morgue está llena de cadáveres y es fácil comprarlos. Sabemos lo común que es la venta de órganos a los estudiantes de medicina, así que yo simplemente me hacía pasar por un profesor y listo. La ventaja de hacerlo así es que podía ver la autopsia y saber si tenía algún tipo de enfermedad en el cerebro. Solo pedía los sanos, no quería ni pensar que me podría dar si comía uno de una persona enferma. Solo pensarlo me escarapela la piel. Tampoco comía los de ancianos pues ya estaban desgastados, de niños, porque me daban pena y menos de criminales. Imagínese si se me paga algo de su criminalidad y estupidez, por eso jamás los toqué.
En fin, como dije era la única manera que tenía para obtenerlos. Jamás se me ocurrió matar a alguien, ni que estuviera loco como para quitar una vida de manera desalmada. No, no. Ya todos estaban todos muertos. Y nadie iba a reclamar por algo que jamás iban a ver que faltaba ¿no? Bueno, de eso estaba muy equivocado como ya sabemos.
Y esa es mi historia, nada interesante si se da cuenta. No es violenta, ni llena de suspenso, un poco macabra tal vez, pero a mis ojos bien valía la pena hacerlo. ¿Acaso no hacemos sacrificios en pos de nuestros objetivos como humanidad? ¿Qué son unos cuántos cerebros que nadie debería haber reclamado en pos de resolver una gran incógnita? ¡Insignificantes! ¡Tan cerca que estaba de lograrlo! ¡Creame! ¡Cada vez sentía más y más cómo me acercaba a la gran resolución! Cada cerebro digerido me acercaba más y más, tanto que estoy seguro que con cinco más sería capaz de lograrlo. Sin embargo, ya es imposible ¿verdad? Tan cerca pero tan lejos, uno de los más importantes genios de este siglo no va a poder dejar su huella en la historia.
En fin, esa es mi historia. Ahora pásame la bolsa, necesito respirar ese magnífico olor que me ayuda a olvidar que perdí mi dinero, mi prestigio y todo lo que había logrado en la vida. Tan cerca pero tan lejos… el olor al olvido, a dejar mi inteligencia desaparecer y solo sentirme bien. Que buen olor… muy bueno.
La soledad me mataba,
and then you came to me darling,
your love so tender so caring,
tú eres lo que tanto anhelaba.
When I saw you I saw the light,
deslumbrante tan divina,
el faro que me ilumina,
because with you, everything feels right.
What I’m trying to say in these verses,
es que mi vida cambiaste,
mi gran soledad mataste,
the only one in many universes.
So, my true love, my dear darling,
por que yo era un gran cobarde,
I thank you for being so daring,
y ahora mi amor por ti arde.
Cual sol quemando mi pecho,
like the moon in the darkest night,
mi amor por ti es un hecho
and nothing will break our love’s might.
Pequeñas cosas que nos hacen bien
Hobbies, comics, música, anime, manga, juegos y miscelaneos (?)
Como plasmar la idea natural.
Aprendiz de escritora✍️💯% "Expreso lo que me quema por dentro, ya no tengo miedo a revelar mis más recónditos sentires como mujer caribeña." 🇩🇴 La poesía es arte en letras.
Katherine Shipp
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José Antonio González Queiro. Madrid, 2015
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